Google, conocido por ser el buscador más grande de internet, ha tenido uno de los logos más emblemáticos en las últimas décadas. Todo inicia en el año 1995 cuando Larry Page y Serguéi Brin se conocen en la Universidad de Stanford y comienzan a trabajar en un proyecto que en aquel entonces llamaron “BackRub”.
En 1997, el proyecto “BackRub” se transforma en el primer prototipo de “Google”, denominado así por un juego de palabras del término gúgol (googol), término que utilizó el matemático Edward Kasner en los años 30 para referirse al número 10 elevado a 100. El primer logo fue una aberración, aunque debemos tomar en cuenta que fue creado por dos programadores informáticos con ningún tipo de noción sobre diseño. Lo bueno, es que este logo nunca se utilizó de forma online y su presencia duró muy poco.
Un año después, justo en el lanzamiento oficial de Google, muestran una imagen totalmente diferente que es la versión más similar a lo que se conoce actualmente, más que todo por la forma y colores.
También diseñado por Serguéi Brin, usó la fuente Baskerville Bold acompañada de los tres colores primarios más el verde, color secundario; pero en este caso la famosa “G” no era azul, sino verde. Los biseles y las sombras fueron un estilo característico desde este momento.
Esta versión tampoco duró mucho, y es que a finales de 1998, rápidamente se le agregó al logo un signo de admiración y por supuesto, la “G” pasó a ser de color azul.
Dos años luego de la aparición de Google, Larry y Serguéi contrataron a Ruth Kedar, una diseñadora por la cual apostaban a brindarle a su proyecto un mejor acabado a nivel de identidad. El diseño está basado en la tipografía Catull, aportándole rasgos serif y refinados al logo. Cabe destacar que las sombras y biseles aún seguían siendo parte de la identidad, pero el signo de admiración fue eliminado.
Más adelante, en 2010, una imagen más fresca aparece, muy similar al diseño anterior con biseles, pero eliminando todo rastro de sombras. Además, los colores se modificaron a un tono más brillante.
Seguimos avanzando y evolucionando, y es que para el 2013 se volvió a rediseñar la imagen de Google, esta vez adaptándose al flat design, donde se eliminaron las texturas, las sombras y los biseles que fueron característicos durante años.
Ya en 2015, Google apostó a la tendencia minimalista rediseñando totalmente su identidad con un cambio drástico. De esta forma, no sólo se modifica su imagen sino que se adapta a nuevos formatos, pantallas, dispositivos animados e interactividades en múltiples plataformas.
Y aunque el cambio fue drástico, se mantienen los colores iniciales con los que inició la marca. Esta vez se presenta una tipografía sans serif con un trazo grueso basada en la geometría, reflejando un aspecto mucho más estilizado, limpio y moderno. En cuanto al color, se ajustó ligeramente la saturación de los colores para hacerlos un poco más vivos. Y la famosa “G” ahora tiene más presencia en sus diversas aplicaciones ya que podemos observar toda la nueva identidad de Google en una pequeña muestra.
En conclusión, Google no nos decepcionó con esta nueva identidad porque siempre está en todo. Es una idea fuerte y seria al ser construida con formas gruesas y sólidas, pero también tiene su parte joven y divertida al agregar detalles para destacar, como los colores, la posición de la “e”, sus iconos y toda su aplicación en los diversos formatos.